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| Presentación en el Club Prensa Canaria.Viernes 4 de octubre de 2019 |
Ha sido una satisfacción presentar y prologar la última publicación de la escritora canaria María Padrón. A caballo entre Gran Canaria y El Hierro, sus poemas son una de las muestras representativas de nuestra tierra. Agradezco enormemente a la autora la confianza depositada.
Cerrando el círculo de la existencia. Prólogo a ¿Qué es morir?, de María Padrón.
Con el paso de los años, y las inevitables canas, dejamos atrás a
muchos acompañantes de vida: amistades, familia, compañeros de trabajo… seres
queridos que dejan un vacío y, a la vez, siguen con nosotros en nuestro
pensamiento. ¿Es esto la muerte? ¿Seguimos sintiéndolos vivos mientras existan
en nuestro interior?
Tenemos en nuestras manos un libro con sentimientos vividos dedicados a
la muerte, pero también a la vida,
porque no existe una sin la otra. Se persiguen y acompañan puesto que se dan
paso en un universo en constante transformación.
María Padrón plasma en sus versos las reflexiones que todos nos hacemos
en algún momento. Esas dudas, esas creencias, esos deseos que se nos plantean
sobre la realidad de la muerte o sobre la incertidumbre de la vida.
Organiza su poemario en dos partes presentadas
con dos versos premonitorios:
Cuidar
ese latido que sostiene el prodigio de la Vida.
Si somos algo más que materia,
qué habrá después del último latido.
En este bello suceder de poemas nos presenta, a través de su metro
variado, textos cuyos títulos nos llevan a
navegar por la obra: La
trascendencia de vivir, No sé de un paralelo, Es que acaso es posible… No podía
rechazarlo, Y basando en la esperanza, Que desaparezca un día, Sin sentirme
vencida… Dejar de crear, Hasta el último instante… El grandioso latido…
Enmudecida página… Conciencia de partícula, Eso nos hace eternos… Y se hace el
presente…
Aparecen en los diferentes poemas el desasosiego y el titubeo acerca de
si no sentir es morir, la desazón por la muerte del alma y las dudas de la
existencia. Avanzan las palabras de la autora por el hecho de percibir la presencia
del vacío en nuestra vida, el cansancio, la esperanza y deseo de continuar, la comparecencia
de conceptos “opuestos” como la vida y la muerte, las dudas que dan paso al anhelo,
la tentación a la rendición final, el concepto de la esencia y lo que somos:
sensibilidad y conciencia. Comparece la muerte inexorable y siempre presente
que nos espera al final del camino y que hace que, por contraste, como la
oscuridad y la luz y sin saber quién es uno u otro, al pensar en la muerte sea
evidente la vida.
Surge también, inevitablemente, el decaer del cuerpo y la lucha del
espíritu por aceptarlo, la aceptación del final ineludible y las dudas por el
después. La vida no se manifiesta en estos textos solamente como tiempo
transcurrido, sino como experiencias vividas en algo transitorio que inexcusablemente
pertenecerá a la muerte en algún momento, cuando seamos pasado. Esto nos hace reflexionar
sobre qué hace la vida para que valga la pena en aquellos momentos en que
tenemos deseos de paz y descanso. Nos evidencian estos poemas que nos aferramos
a una existencia plena de sentimientos y con la consciencia de disfrutar el
presente con plenitud. Nos acerca, por tanto, de forma inapelable al deseo de
llegar al final con tranquilidad, cuando estemos satisfechos con lo vivido,
rememorando y realizando balance de lo transcurrido.
En esta constante lucha entre los dos opuestos, cuando dejamos de amar,
crear y disfrutar, es cuando comenzamos a morir. Y tras pagar la muerte con la
moneda de la vida, se evidencia que, injustamente, no todos disfrutamos del
mimo plazo para entrar en ella. Al pensar en este paso ineludible, avanzan los
versos por la consciencia tras la muerte y el después que permanecerá a través
de nuestras obras.
Siempre hemos sabido que la muerte y la vida van de la mano. Aunque
este poemario en principio discurre por “qué es morir”, nos habla también de
“qué es vivir”… de la vida, de los momentos luminosos y sombríos que nos
acompañan, de que siempre sigue adelante, de la búsqueda de un fin y la
contribución que hacemos a ella, del bien y la ilusión como revulsivos que
mantienen el equilibrio entre el deseo y la realidad. Con estos planteamientos,
los versos de María Padrón cierran el círculo de la existencia y nos acerca, a
la vez, al origen y al final de ella y a nuestro ser como expansión del cosmos.
Porque, la muerte está en nosotros desde que nacemos y nos acompaña en nuestro
devenir. Por tanto… ¿Qué somos? ¿Qué es vivir? ¿Qué es morir?
Cristóbal
Nuez
Mayo 2019
