Con 30 años de diferencia, aproximadamente, entre las dos imágenes. Es increíble cómo pasa el tiempo. La lucha del garrote dejó una huella en mí que me ha acompañado durante la vida. Me sirvió para disfrutar de esta práctica tradicional, establecer amistades, transmitir a nuevas generaciones... y tras tantos años con ese recuerdo, el retorno me ha servido para reencontrar esas antiguas amistades: Jorge Domínguez, Isaac Rodríguez, Carlos Barrera... y volver a disfrutar del placer de garrotear :-)
